Carina Kaplan es profesora universitaria, pedagoga y tiene entre sus estudiantes a docentes que dan clases en instituciones en contextos vulnerables. Y durante la Feria del Libro presentó su libro “La escuela como soporte afectiva”.
En su último libro muestra diferentes escritos reunidos que son resultado del proceso de investigación de un equipo que posiciona a la escuela como refugio para las infancias y las juventudes. La pregunta se centra en cómo estructurar culturas afectivas institucionales, y de aulas que permitan simbolizar escenas dolorosas y reparar las heridas emocionales que marcan la experiencia escolar.
En su visita a la 22° Feria del Libro en La Rioja, la docente se refirió a la escuela como “el mejor lugar donde pueden estar nuestras infancias y juventudes. Es un lugar de encuentro, convivencia entre personas que son distantes desde el punto de vista que son diferentes entre sí y que la escuela les busca un punto de unión. Allí, se educa sobre la sensibilización sobre el otro y uno aprende a estar con otros pares”.
“Me interesa pensar una escuela que construya soportes para que los niños constituyan subjetividad y puedan sentirse incluidos, mitigar ciertos dolores que traen del hogar. La escuela es un espacio simbólico de constitución subjetiva y que transforma nuestras vidas y que sirve como soporte afectivo”, reflexionó la autora.
“Fuerte construcción de experiencia”
Al mismo tiempo remarcó que es necesario hacer un “esfuerzo para que los niños y niñas estén en las escuelas, porque la experiencia para ellos es una construcción fuerte en el sentido que los constituye como humanos y uno aprende a reconocer al otro y respetarlo”, y agregó que también sirve “para curar heridas y no repetir patrones de violencia”.
Por otra parte, y sobre su presencia en la 22° Feria del Libro, dijo “es la primera vez que vengo y estoy encantada porque me parece un hecho cultural de un valor innegable. Observé mucha gente joven, e inclusive familias que solo vinieron a La Rioja para asistir a la Feria del Libro”.
Finalmente indicó que no hay “otras formas culturales como la del libro que permita conversar con el autor mientras uno lo lee, generar procesos auto reflexivos, y sobre todo, un diálogo”.